"Cuando la Patria peligra y la indolencia sensible de unos y la execrable perfidia de otros hacen que el pueblo duerma y vaya aproximándose a pasos gigantescos a un precipicio... ¿será imrpudencia levantar la voz y advertir el peligro?"







Wednesday, June 13, 2012

Cubano contra cubano.









"Cubano es más que blanco, más que negro: dígase cubano y se habrán dicho todos los derechos".

José Martí        


¿Qué es patria? ¿Qué es nación? ¿Qué nos hace mejores patriotas?

Patria no es un pedazo de tierra debajo del cielo. Son muchas las cosas que nos unen y nos hacen vivir como nación. Es la gente, el pueblito donde nacimos, la lluvia en el cafetal, el cantío de los gallos al salir el sol, la comida caliente cuando nos sentamos en la mesa, el calor abrazador que nos hace sudar y nos invita a disfrutar del río y el mar. Son 500 años de historia común, siglos de esfuerzos por construir un país que hasta el siglo XV no existía.

Fue un proceso largo y escabroso el que nos trajo hasta aquí. Desde los indios, la llegada de los primeros españoles, el nacimieno de los criollos, el surgimiento de la conciencia nacional, la abolición de la esclavitud, la conquista de la independencia, la república y, por último, la era comunista (socialista, revolucionaria, estalinista o como quiera llamarse). 

Desde 1959 para ser cubano no es suficiente nacer en Cuba. Para serlo es preciso someterse a la ideología oficial y aceptar el gobierno de la dinastía de los Castro. Por 50 años los cómplices de la dictadura han sido  patriotas, héroes, revolucionarios, el pueblo. A los que no han comulgado con la ignominia se les llama burgueses, lumpens, gusanos, contrarrevolucionarios, vendepatrias, terroristas, traidores, oligarcas. La descalificación como arma política sólo denota la ausencia de argumentos del tirano para sostener el régimen por la vía de la ilustración y el diálogo.

Mientras una ideología, articulada  por un pequeño grupo, rija las relaciones sociales existirán los marginados y excluidos. Eso ha pasado a lo largo de la historia y pasa aún en las sociedades cerradas como la cubana. No somos más libres por habernos librado de un sistema para convertirnos en esclavos de otro aun peor.

No existen motivos para ridiculizar, perseguir, maltratar, discriminar, matar, reprimir, golpear, desacreditar. Cuando un cubano agrede a otro lo hace contra sí mismo. Eso es autodestrucción, canibalismo social. Es hora de escuchar los argumentos del prójimo, descubrir lo que nos une y no lo que nos divide.

Fue el destino, o acaso la providencia, quien nos hizo nacer en este era y en esta tierra. Somos un grupo humano que coincidimos en tiempo y espacio para cohabitar bajo el mismo cielo. No existe virtud alguna lo suficientemente fuerte como para hacernos mejores patriotas. Todos somos cubanos sea cual sea nuestra orientacion personal o preferencias políticas.

En la Cuba del futuro todos vamos a tener participación en la vida social y juntos decidiremos los destinos de la nación. Se creará un sistema constitucional y legal lo suficientemente democrático como para proteger todos los derechos de todos los cubanos. En esa Cuba no habrán ni revolucionarios, ni gusanos, ni comunistas, ni capitalistas, ni izquierdistas ni derechistas. Sólo habrán cubanos construyendo un futuro mejor para sus hijos.


Dios, Patria y Libertad

¡Viva Cuba Libre!


Saturday, May 12, 2012

¿Cómo se le pone el cascabel al gato?




La pregunta que los cubanos hoy debemos hacernos no es quién le pone el cascabel al gato sino cómo se le pone el cascabel al gato. Ya el tema no es quién pone fin a años de ignominia y opresión sino cómo acabar con ella. Esa es la pregunta del millón, como dice mi abuelo. Si en algo ha triunfado el comunismo ha sido en crear una psicología del miedo que alcanza niveles de paranoia, en formar individuos desarraigados, inadaptados y en extremo individualistas. En 50 años el sistema ha conseguido borrar de nosotros el sentido de nación. Ya no pensamos como grupo, comunidad, país o generación. Pensamos cómo sobrevivir individualmente, capaces de hacer lo que sea necesario para mantenernos con vida. Ambiente propicio para que la dictadura dure mil años más.

Muchos han sido los cubanos dispuestos a poner el cascabel pero no se trata de que surja alguien con espíritu mesiánico capaz de cargar sobre sus hombros con nuestra responsabilidad, o que escojamos a alguien que haga lo que nos corresponde hacer a cada uno de nosotros. Es hora de hacer grupo, comunidad, montón... NACIÓN. Cada uno es miembro de ese gran ser que se llama Cuba. Somo células que coordinadamente trabajamos por un bien mayor mucho más noble que nuestras aspiraciones personales. Siempre me ha parecido paradójico el episodio de la época esclavista donde un blanco con látigo era capaz de someter a cientos de negros fuertes, robustos y con machete en la mano.

Basta de ya de ser una masa acéfala y aforme, de vocecitas esporádicas que se levantan por las esquinas. Hay que unir esfuerzos y que cada cubano se sienta parte del proceso, del cambio. Todos somos protagonistas en esta historia de conducir a Cuba por el camino de la prosperidad y la libertad.

Existen, a saber, tres formas de derrocar una dictadura: mediante una fuerza invasora externa, una insurrección popular interna y la resistencia pacífica. Para ser objetivos las dos primeras resultan imposibles en las condiciones actuales. No existe intención por parte de ninguna nación occidental de liberar a Cuba -tampoco es su responsabilidad-, como tampoco hay evidencia de que sea posible una insurrección armada dentro de la isla. La única alternativa realista que nos queda a los cubanos hoy es la resistencia pacífica.

La base de la resistencia pacífica son el amor y la justicia. Amor, para ascender y ver más allá de los actos humanos. Descubrir que nuestra lucha no es contra carne ni sangre sino contra potestades del infierno que han secuestrado la mente de aquellos que no conocen la Verdad. No se trata del delator de la cuadra, el "chivato" o el "siete pesos".  Es un sistema maldito y el sistema morirá cuando le arranquemos el corazón, la raíz. Justicia, para dejar a un lado nuestra ira y deseos de venganza y dar paso a una justicia superior, la Divina. Presentar nuestros casos ante un tribunal y en juicio justo y de derecho aplicar las penas pertinentes al que mató, robó y pisoteó. Sepan los que han delinquido contra los inocentes que serán compensados según sus actos. Todas las cuentas serán saldadas en la Nueva Cuba.

No es preciso matar, crear terror, linchar o eliminar. Esas son las armas de nuestros enemigos. Las armas de los hijos de la Luz son otras. Basta con no participar, no ser parte del proceso, abstenerse de marchar o negarse golpear a personas inocentes. Negarse a seguir la corriente, decir no ante la ignominia y el abuso. Tener autoestima y valor suficientes para seguir la Verdad a cualquier precio. Cuba será libre cuando cada cubano lo sea en su alma y su espíritu. Si esto lo hace uno solo, estamos perdidos. Si lo hacemos todos habremos salvado a la Patria.

No debemos  permitir que nuestros enemigos nos enseñen el camino. Nosotros conocemos el Camino. Ellos son opresores, torturadores, asesinos y ladrones. Se nutren del temor del pueblo y de las tinieblas. Los hijos de la Luz los venceremos con la Verdad, el Amor y la Justicia.

Dios, Patria y Libertad.

¡Viva Cuba libre!


Thursday, May 10, 2012

Un mensaje necesario.





Me ha parecido bien escribir sobre un tema que ocupa mi mente desde hace mucho. Mi alma se estremece al ver la condición de nuestra patria, una nación que habiendo perdido toda fe en su destino se aferra al pasado. A pesar de las lecciones que podemos extraer de sucesos de antaño, es necesario dejar atrás la nostalgia de lo sucedido y concentrarnos en edificar el futuro. No pienso en aquella mentalidad escatológica que sueña con lo que vendrá, hablo de construir el futuro desde ahora.

Viene a mi mente el conocido ejemplo del pueblo hebreo que supo crear la infraestructura sociopolítica necesaria y, llegado el momento, levantaron un país de la nada y en poco tiempo. Se anticiparon a los acontecimientos.

Me parece que como nación aun nos falta crear esa estructura que permita instalar un sistema democrático fuerte y próspero en la Cuba del futuro. Si el cambio ocurriese hoy tendríamos que aceptar el concurso de fuerzas externas y habrá un vacío de poder. La responsabilidad será nuestra por la falta de visión y no estar preparados para conducir a la patria por los caminos de la libertad.

Hay temas que analizar y discutir antes que llegue el momento del cambio, cercano ya. Primero, actualizar la constitución y lograr un concenso que albergue lo mejor del pensamiento democrático cubano y sea expresión de la absoluta libertad política en la isla. Una constituyente que especifique la estructura de gobierno, el modelo político y las funciones del estado de tal manera que se garanticen la gobernabilidad de la Isla y los derechos ciudadanos. Segundo, formular las directrices legales que regirán las relaciones sociales y el sistema jurídico. Tercero, definir claramente el papel del ejército y las fuerzas del orden en la nación liberada. Cuarto, solucionar el problema de las propiedades y las expropiaciones y cómo se van a resolver las diferencias entre los diferentes sectores involucrados. Cuarto, definir el modelo y la infraestructura económica que sostendrá el desarrollo de la Isla. Quinto, fomentar el diálogo entre los sectores opositores dentro y fuera de la isla para coordinar acciones y establecer las directrices antes mencionadas.

Hay que poner fin a la crítica anecdótica y comenzar con acciones concretas hacia la libertad definitiva. Es el momento de trascender a una nueva dimensión. Cuanto más avancemos en este sentido menos injerencia extranjera habrá. Los cubanos tenemos todos los recursos -entiéndase humano, politico, económico y social- para enfrentar los desafíos que se avecinan.

No debemos olvidar que sobrarán enemigos, dentro y fuera. Siervos que no soportarán la libertad y añorarán los días de ignominia. Ellos, que no supieron construir una patria digna, servirán como elemento desestabilizador en la nueva Cuba para destruir el esfuerzo de muchos. Es preciso no dejar nada al descuido y, al igual que el pueblo judio, tomemos absoluto control de el destino de nuestra patria sin servilismo, anexionismo, ni intromisiones de fuerzas foráneas. 

Dios nos ha dado una misión histórica sin precedentes. Es hora de asumir nuestra responsabilidad.

Dios, Patria y Libertad.


Thursday, May 3, 2012

¿Por qué Cartas de Elpidio?





Fue por el 1998 cuando llegó a mis manos por primera vez "Cartas a Elpidio" del Padre Félix Varela y Morales. Meses más tarde pude encontrar, gracias al esfuerzo de la Iglesia Católica en Cuba, una edición facsimilar del libro de calidad insuperable. Desde entonces he sido y seré vareliano.


En sus escritos descubrí algo que nunca me habia sido mostrado por el sistema educativo de mi patria primariamente  marxista, ateo, leninista y materialista. Lo que sentí fue como amor de adolescente: fuerte, pasional y virginal. Habia tanta riqueza en las palabras del padre que no pude evitar embriagarme con su mensaje. Fue como restablecer una conexión perdida de mi generación con nuestro pasado nacional y autóctono. Lejos de las importaciones ideológicas, con las que fuimos bombardeados por tantos años, el Padre Varela abría mis ojos a las raices ancestrales, a los verdaderos origenes de nuestros valores eticomorales, nuestra nación, nuestro pensamiento y nuestra fe cristiana. Se esfumaron todos aquellos años de discursos belicistas, de ateismo importado y de materialismo impuesto. Allá, a lo lejos, avisoraba el aurora del nacimiento de una nación pujante que yace dormida debajo de ese mar  tormentoso del comunismo forzado. Los dictadores le temen a esa Cuba, a la Cuba que piensa y siente, a la Cuba forjada por la sangre de tantos mártires y el amor de sus hijos.


Elpidio no es un personaje real. Es un símbolo meticulosamente escogido por el Padre Varela para dar a conocer su vasto pesamiento. "Elpis" proviene del griego antiguo y significa esperanza. Para él los jóvenes son la "dulce esperanza" de la patria.


"Cartas a Elpidio" es una apología de la fe cristiana, una lección de sociedad, una cátedra de cultura, un manual de conducta. Es todo lo que Elpidio necesita para triunfar en este camino corto e intenso que llamamos vida. Pero su triunfo no es un logro individual, es el punto a donde toda nación aspira a llegar. Cuba, bajo la luz de sus próceres, alcanzará ese sueño.


Nuestro blog, Cartas de Elpidio, pretende ser una respuesta a las interrogantes hechas por el Padre a los jóvenes cubanos. Quiera Dios que estas cartas lleguen a su destino y sirvan para construir una Cuba libre del influjo de la impiedad y el fanatismo. Una patria que albergue, de una vez y para siempre, a todos los cubanos y en la que todos sus hijos podamos encontrar un espacio para existir, vivir, pensar y ser, sin temor a represiones ni exilios.